Jun 15, 2011

( 14 ) Antofagasta - Atacama - Iquique -

Tanto hablar, soñar, imaginar y preocuparme por el Atacama y ahora habia llegado la hora. Me apasionaba conocer esa verdad que todos habian tratado, con buena voluntad, de colgar de  mi mente y de mis manos apoyadas como nunca en el manubrio. En las caidas que habia sufrido hasta aqui habia logrado calcular que cantidad de aire debia poner en las ruedas. Pero había el riesgo de romper algo cuando no podía eludir alguna piedra. Ni muy flojas ni muy duras, algo de lo que no tenía experiencia habia influído en los resbalones algo también influía la carga que cambiaba el centro de gravedad y en ello habian quedado el parabrisa y dos de los faroles suplementarios destruídos. En la casa de Alfonso habiamos reducido todo al  farol original y listo.
Me quedaba de Antofagasta la imagen de una ciudad que dependiente de pocas cosas, solo de los minerales, hacia que la gente que venía a radicarse no tenían una ferrea decisión de radicarse. En ese tiempo, hace ya casi 55 años, la ciudad tenía unos 190.000 habitantes y no habia nada más que hacer que trabajar en las salitreras, Minerías y disfrutar sus playas, que eran artificiales, con la necesidad de refular arena casi una vez por año. La universidad mantenía la afluencia de gente joven que era alegre y ambiciosa. Gracias a las relaciones de Alfonso, fuí invitado por el periódico el Mercurio (11 de Enero 1957) a una reunión debido al Campeonato Nacional de Basquetbol Femenino que ese año tenía como sede, en su parte de finales, a esta ciudad. El Circulo de Periodistas ofreció un paseo  a la Chimba, en donde se sirvió un refrigerio y luego se realizó un paseo en lancha para culminar en un almuerzo desarrollado en un ambiente de una gran camadería. Fué realmente un día muy feliz con mis ocasionales amigos Chilenos.(foto. Yo soy el 1ro. a la derecha sin lentes)
Las autoridades de Antofagasta estaban desarrollando, con gran esfuerzo, increibles programas para hacer de esta zona una atracción turistica, pero aparecia como un esfuerzo titanico ya que en esa época las zonas del norte de Chile habían comenzado a competir entre sí.
Eran las 6 de la mañana, y me despedí de Alfonso y familia. Tenía todo preparado para la última etapa en territorio Chileno, no me podía quejar, si bien el Atacama merecía un muy importante respeto. La gente tomaba parte en la historia al brindar con cariño, dentro de esa dureza ambiental, lo que alguien, como en mi caso necesitaba al luchar en esa soledad. Atacama, nunca te olvidaré!!. Tu no me llamastes, yo vine solo hacia tí. No hay quejas. Sabía que en camino hacia Iquique habia solo unos 50 kms de pavimento  y según tengo ahora noticias, la ruta que tuve que tomar ya no existe por haber dado el paso a un emprendimiento que  mejoraría la comunicación terrestre en esta parte norte de Chile. Pero yo estaba en 1957 y debía vivir ese presente sin conocer que ofrecía el futuro.©

ANTOFAGASTA - IQUIQUE  -  380 Kms.

Con los dos tanques llenos me dije: - Juerza Canejo !!! como decía  Patoruzú -. Puse a funcionar el tanque suplementario para aligerar el peso atras. Ahora tenía una frazada, como en el cine se ve a los cowboys rodeando el tanque suplementario. El concepto de bueno y malo para el camino fue cambiando por arena y ripio o sea nuevamente de regular para peor. Había momentos que uno no sabía con certeza donde estaba la ruta  y se debía apelar a lo que el horizonte mostraba y deducir. Debo dejar perfectamente aclarado que el problema era para un motociclista. Los camiones y autos que de vez en cuando pasaban sorteaban estos inconvenientes, no digo facilmente, pero nada los detenía.  Volvi a tener la sensación de no culminar la etapa hasta Iquique en tan solo un día. Me lo habían dicho. A eso de las 5 de la tarde, comenzó un viento fuerte que transportaba el polvo en forma de nube y me obligaba a cubrir mi cara, esos vientos con arena sí que lastiman  y me obligó  a buscar refugio en una bajada  donde habia rocas apiladas y una gran duna de arena. La frazada que me dió Alfonso me permitió cubrirme y parte de la moto también. Tenia algo para comer y agua suficiente. Llevaba tres o cuatro periodicos, ya que había aprendido de que envolviendose con papel, la temperatura se soporta mejor. El frío comenzo a hacerse sentir y comencé a envolverme las piernas, el torso , arriba la camisa gruesa,  mi buzo de lana, la chaqueta encima, NO PODIA CAMINAR !!, parecia un esquimal y con la frazada tuve que hacer como un tipo de tienda; el frío era increíble. Estuve detenido allí hasta que el viento desapareció como por arte de magia, entonces el frío aumentó.
 Pronto se hizo algo de luz y me di cuenta que el camino habia desaparecido, se habia formado una gran duna. Tuve que recurrir a mi pequeña brújula que ayudó a imaginar por donde debía seguir. Creo que tarde unas 6 horas para salir de ese arenal, pero ya no hacía tanto frío y la marca del camino apareció. Era firme y parecía invitarme a recuperar tiempo, era el segundo día en el Atacama. La Moto muy bien, parecía mentira tan pequeña y tan fuerte, me habian aconsejado usar parte de una media de mujer y colocarla sobre el filtro del carburador esto aparentemente funcionó cuando estuve atrincherado en la duna. Retiré la protección contra la arena, retiré todos los papeles alrededor de mi cuerpo, acomodé todo nuevamente arraqué y llegué a Iquique a eso de las 9 de la noche luego de empujar y manejar, empujar y manejar. Habia algo de claridad y me dispuse a encontrar  un surtidor de combustible, creo que me quedaban solo 2 litros. Volver a llenar los tanques, comer bien, darme un buen baño y dormir era mi idéa. El único lugar que conseguí para no gastar dinero fué en una pequeña oficina de seguridad al lado del Automovil Club.. A veces me da risa pensar  que dormí en un celda, LA CARCEL ESTABA VACIA!! y al oficial a cargo no se le ocurrio mejor idea, luego de una breve conversación que darme la llave y dejarme solo. Guiñandome un ojo me dijo que tenía un encuentro especial !!. Bueno para Ud!!!. le dije. Y me dejó solo. Lo único que habia en ese lugar era una vieja máquina de escribir Royal, y papeles para escribir.
Pasamos a ser un raidista y su moto, presos y dueños de la celda. Me acomodé dentro de la oficina, quite todo mi bagaje para sacar la arena que estaba mezclada con todo y me senté en el suelo a pensar. Me pregunté si hubiera hecho el viaje sabiendo algo de lo que tendría que pasar ese día; pienso que sí y claro que sí.  aunque  algunos acontecimientos encontrados en el camino me daban fuerzas y el tener que continuar por zonas diferentes daba también fuerza a la continuidad y a mi deséo de cumplir el plan hasta el final o hasta donde Diosito quisiera, es parte del orgullo, si?.
Pero después de todo, durmiendo en la celda no estaba mal, era mejor que la duna, allí nadie iba a venir a robar nada, pensé,  pero la esperiencia fué interesante para mi futuro libro, dije...Je!
Puede  decir algún motociclista, que nunca habló con su moto?  Pués yo sí y usaba un forma dulce de hablar... Creo que en esos momentos pensaba que ella me entendía, resignada a ser quien me transportaba. Me puse a limpiarla, como acariciandola, a devolverle el brillo a los cromados, al tanque. Si! le hablaba... y sinó con quien? Tenía los brazos y el cuello muy doloridos por el esfuerzo para mantener  la moto en la senda arenosa y también los tobillos En  la boca todavía aparecía algún granito de arena. Lo único que no había entre mis elementos de viaje por haberme olvidado eran un buen cepillo de dientes,pasta y Jabón. En la comisaría no habia nada, solo una pequeña pileta y un espejo y asi que no pude bañarme, fue solo un enjuague. Habia viajado 624 kilómetros en dos días 19 horas manejando más las que estuve detenido en las dunas. O sea a unos 30 kms x hora en promedio, creo que en algunas partes no superaba los  5 o 10 Km x hora.
Maximiliano - el comisario - volvió  a las 7 de la mañana, me dio la sensación que tenia algunas copas de más y su cara tenía un aspecto de felicidad comprometida. Le pregunté la edad y me dijo 32 y era un lindo tipo.  Me contó que tenía 3 novias y que las quería a todas por igual. Una de ellas tenía cerca de 45 años y me dijo que la quería como a una madre...OH SI!!! ...le dije. Me avisa que la muchacha con la que había estado venía pronto con un buen desayuno para mí. Era una celda cuatro estrellas le dije.  Mi Diós, que bella mujer, tendría unos 25 años, caminaba como abanicando el piso y derrochaba simpatía por todos lados. Me dijo que los argentinos tenian buena fama de conquistadores..., pero la conversación se vió truncada ante los Hey! Hey! de Maximiliano. Luisa me habló de que tenía una amiga que vivía con ella y que  vendría a conocerme  Le dije que mi plan me obligaba a seguir, pero como insistió un poquito y yo no estaba decidido a perder la oportunidad, pues dije que bueno. Que injusta es la memoria, no me acuerdo el nombre de la amiga, pero era muy, pero muy bonita creí que tendría algunos años más que  Luisa. Cumplía con mis gustos sobre mujeres y especialmente referente a sus ojos, que eran increíblementer verdosos.  Maxi me dijo que Iquique era famoso por sus muchachas y a las muestras me remitía. Yo ya me encontraba listo para seguir, a pesar de los dolores, pero dadas las circunstancias y al dar una vuelta por la ciudad me pareció demasiado bonita y me estacioné en la plaza central con mi amiga a quien en este relato llamaré Ojito.. Compré unas postales para mandar a Gilera, a mi familia y  Alfonso en Antofagasta. Compre cepillo de dientes, pasta y jabón por si encontraba otra celda por allí.  Había dejado todo mi bagaje en la oficina-celda así que Ojito se ubicaba sobre la parrilla donde iba la maleta.  Ella me mostró algo de la ciudad y me impactó. La gente que empezaba a circular se acercaba para conversar conmigo. Los chicos tocaban todo lo de la moto y algunos me preguntaban si deseaba almorzar con ellos. Pero Ojito les dijo que teníamos un almuerzo en la casa de la muchacha de Maxi o sea en su casa también. Un grupo de motociclístas me invitaron a quedarme mas tiempo y me ofrecieron que  pasara la noche en un Hotel que pertenecía a la familia de uno de los muchachos. Luego del almuerzo  estuvimos en el hall-confitería del hotel con ellos y sus novias y mi Ojito hasta tarde. Me enteré que ella no era de Iquique, que era de Arica. Para mi eso no importaba, eran los mas lindos ojos que habia visto en este país. Mi Ojito quiso quedarse y yo no la contradije. La verdad es que me vino bién la diferencia. Fuimos a buscar todo a la "Oficina" y regresamos al hotel. El haber dormido la noche anterior en el piso de Dep. seguridad vial no tenía comparación, además no era de la policía... Porque habría una celda.? No quise  preguntar.
Luego de un baño reconfortante y una cena 10 puntos en un Restaurant  a dos cuadras con el grupo de motociclistas y sus novias y Ojito, dejó un recuerdo imborrable, hasta hoy y no miento. sobre estos 3 días en Iquique. A la mañana siguiente, luego del desayuno, Maxi, Luisa y Ojito y los dueños del hotel  me dieron un saludo muy especial... Comencé el viaje otra vez no sin antes confesar para mis adentros y con mi socia que me hubiera gustado quedarme unos días mas...
 Me habian asegurado que  gran parte del camino estaba cubierto con  pavimento bastante aceptable. Mi estado de ánimo y mis piernas, me aseguraban estar en mejores condiciones de cruzar el desierto de Tarapaca 185 kms hasta Arica. Esperaba no fuera tan dificil. Le dí dos palmaditas en el tanque a mi socia y a seguir! ©

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