Jun 21, 2011

( 19 ) Ica - Pisco - Chincha Baja y Alta - San Vicente - LIMA Febrero 5, 1957

Para llegar a Lima el mismo día y a un buen horario, y para encontrar a los hermanos Ventolini, debí salir a eso de las 5:30 de la mañana. El camino excelente y clima agradable. Almorcé en Chincha Alta y llegué a Lima a eso de las 12:30 Llamé por teléfono desde el nacimiento sur de la ciudad y obtuve los datos para llegar a su local comercial como representantes de Gilera en el Perú. Me sorprendíó no encontrar a nadie en el local. Y cuando, luego de algunos minutos me preparaba a buscar un teléfono aparecieron  cinco o seis motociclistas, todos en Gilera y uno en Parilla. Un señor de unos 43 años, espigado y alto, cabello oscuro peinado hacia atrás, se presentó como " Yo soy Ventolini "
Me hizo pasar, todos los demas quedaron alrededor de la moto hasta que nos pidió que la entraramos. Había unas seis 150, unas diez 175 y la nueva 300 bicilindrica unica en demostración ya que restaban unas 20 en viaje. Me hizo pasar al escritorio y me mostró la caja que había mandado Gilera Argentina y dos cubiertas de Pirelli. Con un cafesito expresso de por medio me dijo: Alfredo, yo necesito promocionar Gilera en Lima y le ofrezco por 15 días, alojamiento en una pensión que tiene mi familia y todas las comidas durante ese tiempo. Agregó una suma de dinero para manejarme en Perú lo que realmente fué una cantidad justa y que me vino bien. Aceptó que use su taller para lo que quisiera y lo demás que vaya necesitando que se lo comunique. Me dijo que el Dr, Dolce le había llamado hacía unos días y que le habia pedido que le avisara cuando yo llegara. Mejor imposible !!
Quise primero ir a la Pensión para dejar el equipaje y me encontré con una Casa grande en pleno centro de
Lima. Subí una larga escalera con mis maletas y unos muchachos amigos quedaron cuidando la moto. La Sra. madre de los Ventolini regenteaba la pensión y me dijo que había varios argentinos que se hospedaban allí.
Una Sra bajita y sonriente, bien tipica  Italiana con su delantal de cocinar en la cintura y gruesos lentes.
Había 10 habitaciones en total, dos las ocupaban la familia. Una era para mí.
Volvimos al local Gilera y allí me encontré con un Sr. Italiano con su hijo. Don Nello Cecchi y Carlos Alfredo Cecchi. Ese muchacho de mi edad tenia mis nombres aunque Carlos primero. Don Nello representaba a Compañias de fumigación para las zonas del algodón y Carlos Alfredo estudiaba mecánica. Pienso que tenía algo que ver en sociedad con Ventolini. Nello estaba casado con Laura una Sra. Argentina absolútamente simpática y que tomó mi brazo y me dijo que ahora tenía dos hijos...Gracias Don Nello y Doña Laura, que Dios los tenga en su gloria. Resulta que Carlos Alfredo tenía tios de apellido Prestinoni, José y Laura, un primo que eran motociclistas y una prima llamada Alicia. Ese día conocí a José y Laura, los jovenes estaban en la Universidad.
Me avisó Ventolini que la gente del Inca Moto Club de Lima se encontrarían conmigo al dia siguiente en el Local Gilera. Así fué.
Unos 12 motociclistas llegaron al encuentro. Muy simpáticos y saludables. Abrazos como de viejos amigos y ofertas de paséos amuchos lugares cercanos a la Ciudad Capital. Esa tarde vino Juan, el primo de Carlos Alfredo en su moto y su hermana en su moto, ambos Gileristas. Esa mujer, digo joven llamada Alicia era una belleza increíble. El hermano me dijo que había sido elejida Reyna estudiantil de belleza el año anterior y no tenía la menor duda que lo merecía. La conversación fue muy agradable y Alicia me dijo que quería ser mi guía desde ahora porque la Universidad entraba en unas cortas vacaciones. Me dijo que sus padres habian tenido la sensación de que podían confiar en mí. Estaba agradecido.
Bien, nos sentamos en su casa a programar esos 15 días, entre lo comercial, el moto club y lo turístico.
Tenía que poner en orden la moto y Alicia se comprometió a transportarme mientras eso ocurría.
La caja de Gilera contenía otra cadena, un carburador, discos embrague y varias cosas más. Todavía no habia recorrido ni la mitad del total. Cambié todo lo que pude, hasta los patines del freno de atrás. Revicé valvulas, cabeza de piston, descarbonicé, puse gomas y camaras nuevas, Cuando cambié las gomas encontré que el eje trasero no había aguantado por el peso creo o por los golpes en pozos, caídas, etc. lo encontré fisurado. Ventolini me lo proveyó ya que Gilera no había mandado ese repuesto.
Fueron 15 días magníficos. Los Argentinos en la pensión eran muchachos que tuvieron que alejarse de Argentina por cuestiones políticas luego de la revolución de 1955. Tres eran artistas. Porcel, Altavista y Roberto Airaldi, este último pariente lejano por parte de mi abuela paterna. Carlos Altavista hacía un monólogo cómico en un teatro centrico y me regaló entradas para que oficiara de Claque. Fuimos con Alicia y nos divertimos bastante. Los otros argentinos no se dieron a conocer y yo tampoco.
Ese próximo domingo debía ir con toda la fanfarria Gilera al circuito de carreras al sur de Lima. Tuve que dar una vuelta al circuíto y lo pasé estupendo. El Novio de Alicia no estaba muy contento con mi presencia y tuve que ponerlo en su lugar. Yo estoy de paso, vos estas aquí, no te sientas mal. Soy respetuoso. Alicia para suavizar las cosas me presentó una amiga de la facultad y todo quedó bien. Mejor para mí porque Alejandra era muy dulce y sin reservas ni vueltas. Hasta ahora me habia dicho a todo que sí...dije hasta ahora...
Con los Ventolini las cosas marcharon muy bien, se hicieron buenas ventas y con un mapa en la pared - el de la ESSO -. marcaba el recorrido que había hecho y el que faltaba.
Con Alejandra desaparecimos un día para ir a una muy linda playa, mas privada y nos divertimos a full.
Alejandra siguó como guía y pude así conocer lo mas importante:  Lima al sur y al norte y a Ella.
Mi plan para el norte de Perú fue organizado para que tratara de adelantar camino, pero las circunstancias y la buena gente no me dejaba.
La despedida de Lima fué emotiva. Alejandra no vino, creo que habiamos hecho buenas migas. Alicia y parientes estuvieron todos por allí.
Los Ventolini felices con el resultado de la promoción, 27 motos vendidas, un nuevo regalo para mis bolsillos no se hizo esperar. Don Nello me regaló unas botas de explorador magníficas, gafas oscuras y una cajita con un recuerdo de Alejandra. Lima me parecíó una ciudad muy interesante.
El Plan: Lima, Chimbote,Trujillo,Chiclayo, Piura, Sultana, El Alto, Tumbes, Huaquillas: frontera.estaba nuevamente en camino.©

LIMA - CHIMBOTE

Estaba sumando todo lo mío sobre la moto, las nuevas gomas en el mismo lugar que las anteriores que había llevado y cuando iba a salir se apareció Alicia y Alejandra para un chau más duradero. Me acompañaron hasta la salida de Lima y el comienzo de la Panamericana Norte.
Ahora sí quedé solo con mi corazón saltando.
El camino fué igual de bueno y el día igual que siempre. Por allí no llovía. ©

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